jueves, 16 de septiembre de 2010

¿JESÚS TUVO HERMANOS?

Sin duda, este es un asunto ya resuelto en el medio protestante tradicional debido a la abundancia de textos en las Escrituras neo testamentarias en las cuales hacen alusiones. Podríamos hasta considerarlo obsoleto si no fuera por el mari centrismo, doctrina de la Iglesia Católica Romana que insiste en admitir que María permaneció virgen después del parto ( virginitas post partum), lo que vuelve parte de esa teología una verdadera aberración y un gran obstáculo al verdadero cristianismo ortodoxo.

Durante siglos, la mariología ha sufrido evoluciones cada vez más osadas, y el tiempo es testimonio de eso:

        -    En 400 d.C, María fue proclamada “Madre de Dios”;
                    -    En 1854, la “Inmaculada Concepción de María” se vuelve un dogma;
                   -     En 1950, la “Asunción de María” se transforma en Asunto de fe.

Hoy, se piensa en colocar a María junto a la Trinidad divina, formando así una cuaternidad. El catolicismo está creando cada vez más una María totalmente diferente de aquella presentada por los evangelios. Al inventar supuestos padres para María, Santa Ana y San Joaquín, basados en libros apócrifos, los católicos al mismo tiempo omitieron la verdadera familia de María y le robaron la noble misión de madre.

Orígenes de esta doctrina

No se sabe con certeza donde y como comenzó a creerse que los hermanos de Jesús, de quien tanto habla la Biblia y “de manera explícita”, eran solamente sus primos o hermanos en el sentido espiritual (versión Romana) o medio hermanos de un casamiento anterior de José (versión Griega). Parece que esto surgió con una corrupción  de la respuesta de un soldado romano llamado Pantera a los judíos que acusaban a María de cometer adulterio (Hechos de Pilatos 11:3 y Talmud, siglo. II). En el punto de vista judaico, Jesús sería un hijo bastardo de ese supuesto soldado.

El hecho es que esa doctrina gano fuerza solamente después del siglo IV, con Jerónimo. Hasta entonces, era prácticamente desconocida por los antiguos escritores pre-nicenos. Como de costumbre, es otra más de las invenciones de la Iglesia Católica.

Uno de los padres primitivos que más colaboro para que esta distorsión crease cuerpo fue Orígenes, que se baso en dos obras apócrifas: el  “Protoevangelio de Santiago” y el “Evangelio de Pedro”, de mediados del siglo II. No demoro mucho, Epifanio siguió los pasos de Orígenes y acabó abrazando tal idea.

Es interesante notar que Orígenes, Epifanio y Jerónimo eran adeptos del ascetismo y vida monástica que incluía la castidad. Orígenes, según algunos historiadores, llego a castrarse! Más tarde, sin embargo, esa teoría sobre los hermanos de Jesús fue desarrollada y perfeccionada. Conjugada de manera retorcida por los teólogos católicos, y que es ahora uno de los dogmas del catolicismo romano.

Lo que muchos protestantes tal vez no sepan es que aun los primeros reformadores como Lutero y Calvino creían en la virginidad perpetua de María. Pero, por otro lado, es bueno acotar que muchos padres primitivos como Hegesipo, Tertuliano, Ireneo y, posteriormente, Eusebio y Helvídeo defendían la idea de que los hermanos de Jesús eran de hecho sus hermanos físicos. La misma defensa es hecha actualmente por una gran mayoría de protestantes y también por algunos teólogos católicos.

Analizando el evangelio de Mateo

En el texto de Mateo 1:25 afirma lo siguiente: “Pero no la conoció hasta que dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre JESÚS”.

Para los protestantes, la referencia bíblica a simple vista parece ser, en principio, una fortaleza impenetrable, y no es para menos, pues dice categóricamente que José no la conoció “hasta” o “en cuanto” (heos, hou) “ella” dio luz a su hijo. Ahora, lo que se deduce y subentiende es que, después del parto, María tuvo relaciones sexuales con su marido como cualquier matrimonio judío normal en su época! Parece que esta es la preocupación principal del evangelista al transmitir su mensaje. Pero, por otro lado, debemos concordar con nuestros antagonistas romanos en que hay casos en que Mateo usa la preposición “hasta” para decir que no hubo cambio después que ocurriera un determinado evento. Por ejemplo, “La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque a victoria el juicio”. (Mt. 12:20). Queda claro que el texto no está diciendo que el manso Mesías será un dictador cruel después del triunfo del juicio.

Otros textos bíblicos, además de Mateo, pueden ser usados como ejemplo: Salmo 110:1 y Timoteo 4:13. Pero podemos ver a Mateo usando la preposición “hasta” (que indica un límite de tiempo, en los espacios, o en las acciones) cuando el contexto dice claramente que hay cambio. Veamos: “Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo”. (Mt. 2:13).

Así, tomar este trecho de forma aislada no es de ningún modo concluyente para ambas partes; no resuelve el problema. Si quisiéramos obtener una idea más clara del asunto, tendremos que volver a un contexto mayor y encontrar algo fuera de este trecho que complete esta laguna y aclare la incógnita. ¿Será que Mateo uso la preposición “hasta” para indicar cambio o no? Resolveremos esto usando dos principios de interpretación: el contexto inmediato y el contexto más extenso.

Es notorio que los casamientos orientales de la época de Jesús eran, sin duda, bien diferentes de los de nuestro tiempo. Mateo declara que María estaba desposada (entiéndase como novia) con José (Mt. 1:18). Dice aunque el “no tuvo relación con ella hasta”. Algunas veces y en algunas versiones como en español la palabra “conocer” es usada en la Biblia en sentido figurado, significando relación sexual (Gn 4:25), y, en este caso, el contexto apoya este sentido.

La voz de los otros evangelistas

Otro factor que corrobora con la interpretación de arriba , es el hecho de que Lucas haya usado la expresión griega protokos, que significa “primogenito”, en relación al nacimiento de Cristo: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” (Lc. 2:7).

Si Lucas quisiese decir que Jesús fue el único hijo de María, tendría usado, de manera inequívoca, la expresión monogenes (unigénito, en español) que significa “único [hijo] engendrado”, como acontece en Juan 3:16. Pero no, el uso, de manera consciente, el término correcto: “su primogenito”, indicando que Jesús fue solo el “primer” hijo de María, y no el “único”.

Si Jesús hubiera sido el único hijo de María, los evangelistas revelarían eso, de manera explícita, en sus escritos. Pero no es eso lo que constatamos en el Nuevo Testamento.

Lo que dice el Nuevo Testamento

Una lectura superficial del Nuevo Testamento, en especial de los evangelios, mostrará, sin sombra de duda, que Jesús tuvo hermanos y hermanas (Mt 12:46-47, 13:55-56; Mc 6:3). Y aun nos dan los nombres de los hermanos: Santiago, José, Simón y Judas. Y esas personas aparecen siempre relacionadas con María, madre de Jesús, lo que nos da la impresión que los escritores y los evangelistas quisieron transmitirnos el cuadro de una familia compuesta por madre e hijos. Veamos:

Mt 12:46-47 – Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí “su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar”.

Mt 13:55-56 – “¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? (56) ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, tiene éste todas estas cosas?

Mc 6:3 –  ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de él.”

Después del milagro en Caná, María y los hermanos del Señor aparecen juntos: “Después de esto descendieron a Capernaum, él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.” (Jn. 2:12).

En otra ocasión, María y sus hermanos lo mandaron a llamar: “Vienen después sus hermanos y su madre, y quedándose afuera, enviaron a llamarle.” (Mc. 3:31). Juan añade que ni los suyos creían en Jesús: “Porque ni aun sus hermanos creían en él.” (Jn 7:5). Y, por último, los hermanos de Jesús aparecen en el aposento orando con María: “Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.” (Hec. 1:14).

Respuesta a un supuesto argumento

No consiguiendo desmentir el consenso cristalino de las Escrituras, los maestros romanistas acaban forjando argumentos cada vez más enmascarados de piedad que, de a poco, van alcanzando la mente y el corazón de los adeptos católicos. Todavía, cuando confrontados con la Biblia, tales disparates revelan ser solo un disfraz que, a veces, acaban siendo pulverizados delante de los muchos argumentos bíblicos. En el intento de escabullirse de los argumentos protestantes, los líderes católicos desentierran, de las ruinas medievales, tesis adornadas con términos teológicos modernos para causar impresión. Una de esas tesis intenta “transferir” a los hermanos de Jesús a otra María y, para alcanzar ese objetico, hacen un verdadero malabarismo con los nombres bíblicos. Consiguen hacer una combinación ingeniosa con los textos de Marcos 6:3, 3:18, 15:14, 16:1 y Juan 19:25. Dice que María, madre de Santiago (el menor) y de José es hermana de María (la madre de Jesús) y mujer de Cleofás, a quien confunden con Alfeo. Resumiendo: esos “hermanos” (Santiago y José) de Marcos 6:3, según esa teoría, en realidad serian primos de Jesús. Una explicación plausible es una supuesta base “bíblica” para la cuestión. Gracioso engaño!
 
Un argumento fácil de refutar

Con todo, no hay nada en el texto que insinúa ser Alfeo cuñado de María! En aquella época, esos nombres eran comunes! Además de esto, la Biblia no relata el nombre de la hermana de María, y es poco probable que dos hermanas tuvieran el mismo nombre. Supongamos, por un momento, que eso fuese verdad! ¡¿No es extraño que esos personajes aparezcan siempre junto a María, su “tía”, y nunca junto a su verdadera madre?!

Otros aún así insisten en el hecho de que aquellos hermanos de Jesús en realidad serian sus discípulos, simplemente porque en la iglesia todos los discípulos de Cristo son llamados de “hermanos”.

Ese parece ser el argumento más inocente, pues la Biblia hace nítida distinción entre “sus discípulos” y los “hermanos” del Señor (Jn. 2:12; Hec. 1:13,14). Todavía, la mayor dificultad enfrentada por ese argumento es que el texto dice que ni “sus hermanos creían en el” (Jn 7:3,5,10). Ahora, ¿como entonces podrían ser sus discípulos?.

El significado de hermanos en la Biblia

En Mateo 12:47, en la Biblia católica, versión de los “Monjes maredsous”, el traductor menciono el siguiente comentario sobre los “hermanos” de Jesús al pie de página: “Hermanos: en hebreo esta palabra puede significar también ‘parientes próximos’ o ‘primos’, como en este caso. Ejemplo: Abraham, tío de Lot, llamado con la nominación de hermano (Gn 11:27; 13:8)”.

Otro estudio católico afirma: “Siendo así, es posible que por detrás de los ‘hermanos’ y ‘hermanas’ de Jesús estén sus ‘primos’ o parientes’.

Refutación bíblica: No existe un solo caso en la Biblia, y principalmente en el Nuevo Testamento, en que la palabra griega adelphós (hermano) es traducida por primo o pariente. De las 343 veces en que el N.T usa el término adelphós, el presenta dos sentidos para la palabra “hermano”: la de hermano legítimo (sanguíneo) y el metafórico.

Sentido Metafórico: En este sentido, se cuadran todos los textos sobre los seguidores de Jesús (Mc. 3:35), los cristianos de la iglesia (1 Co 1.1), los judíos (Rm 9:3) y los seres humanos en general (Hb 2:11,17). Es obvio que las referencias en los evangelios y en las epístolas a los “hermanos” (hijos de María) de Jesús no se encuadran en esta categoría.

Sentido literal: Es justamente en este sentido que la palabra hermanos (en plural) es usada, en su gran mayoría, en la Biblia. Ningún estudioso católico jamás tradujo esta palabra como primos o hermanos espirituales. Las Escrituras no dejan ninguna duda en cuanto a ese asunto. Dudo que alguien lea los textos que siguen y consiga emplear el sentido de primo o hermano espiritual donde aparece la palabra hermanos.

“Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó.” (Mt 4:21).
“Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna”. (Mt 19:29).

La Biblia deja constancia que cuando la palabra “hermanos” aparece junto a los términos “padre” y “madre” habla de una conexión legitima de sangre, y esto nadie lo puede esconder. Compare:

¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y Judas? (Mt 13:55).

En las quince veces que es empleado el término adelphós en relación a Jesús el sentido básico de hermanos es de hermanos legítimos.  Pero algunos pueden objetar diciendo que la palabra hebrea ah (hermanos) aparece varias veces significando hermanos no sanguíneos, como primos o sobrinos. Es verdad que la lengua hebrea tenía un vocabulario un poco pobre y, por eso, no poseía una palabra específica para primos o parientes. Entonces utilizaba la expresión “hermanos” de manera amplía y no especifica. (Gn 29:12, 24:48).

Pero aún con todo esto, no es suficiente para que los católicos se alejen de la derrocada teología! La palabra “hermano”, en hebreo, pude significar primo, pero, aun en este caso, debemos tener cuidado. Generalmente, cuando la palabra “hermano” es aplicada en el sentido de pariente próximo el contexto esclarece la cuestión (1 Cr 23:21-22). Además de eso, el Nuevo Testamento fue escrito en griego, y no en hebreo. ¿Será que en el griego Coiné, lengua en la cual fue escrito el Nuevo Testamento, existía esta distinción prácticamente ausente en el hebreo? Veamos:

Términos del Nuevo Testamento para hermanos y primos

No debemos olvidarnos de que cuando el Nuevo Testamento hace referencia a los hermanos de Jesús el contexto no trae ningún tipo de esclarecimiento adicional, como acontece en el Antiguo Testamento. Además de eso, los escritores sabían la diferencia entre los términos hermanos (adelphós), primo (anepsiós) y parientes (sungenes). Aun Pablo, que usaba bastantes metáforas, sabía usar con distinción esas palabras. Tanto es que escribió sobre los “hermanos” de Jesús sin dejar ninguna duda al lazo sanguíneo entre el Señor y sus hermanos. Veamos: “¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?” (1 Corintios 9:5)  “pero no vi a ningún otro de los apóstoles, sino a Jacobo el hermano del Señor”. (Gálatas 1:19).

Como ya dijimos, y eso es lo interesante, el apóstol Pablo sabía perfectamente usar la palabra correcta para primo (anepsiós) y pariente (sungenes) en sus epístolas, no había motivo para confundirse! “Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos, como también Marcos, el primo de Bernabé…” (Colosenses 4:10, NVI) “Saluden a Herodión, mi pariente…” (Romanos 16:11).

En caso que la tesis católica estuviese correcta, el apóstol podría muy bien haber usado la expresión hoy anepsiós Kyriou (primos del Señor), y no adelphói tou Kyriou (hermanos del Señor), ya que los hermanos de Jesús estaban vivos cuando el apóstol escribió las dos epístolas.

Argumentos contraproducentes

Frente a lo expuesto, la única consideración palpable a la que podemos llegar es que los “hermanos” de Jesús eran realmente sus hermanos legítimos. Es justamente ese el sentido del término adelphós en el Nuevo Testamento. A pesar de todo el esfuerzo empleado por los católicos para defender la virginidad perpetua de María, sus argumentos son totalmente contraproducentes.

El salmo 69 es un texto profético con fuerza suficiente para desmantelar el “arca” levantado por las artimañas teológicas católicas. Cualquier exegeta que lee ese salmo deberá admitir que se trata de un salmo mesiánico, ósea, un salmo que habla sobre el ministerio y la vida de Jesús, el Mesías. En el versículo 8, el autor describe perfectamente la familia de Jesús sin dejar dudas en cuanto a la legitimidad sanguínea de parentesco entre ellos. Veamos: “Extraño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos de mi madre”. (Salmos 69:8)

“y le dijeron sus hermanos: Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces. Porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo. Porque ni aun sus hermanos creían en él.  Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto. No puede el mundo aborreceros a vosotros; mas a mí me aborrece, porque yo testifico de él, que sus obras son malas. Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque mi tiempo aún no se ha cumplido”. (Juan 7:3-8).

Comprendemos ahora, por medio de este texto, el porqué Jesús dejó a su madre al cuidado de Juan, y no de sus hermanos!

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Bibliografia
NVI em Cd-rom
Tire Suas Dúvidas Sobre a Bíblia – José Bortolini pág. 100, editora Paulus.
Obras consultadasO Catolicismo Romano. Adolfo Robleto
Novo Testamento Trilíngüe. Vida Nova
Concordância Fiel do Novo Testamento, Vols. I e II. Fiel
História Eclesiástica. Eusébio de Cesaréia.CPAD.
Manual popular de dúvidas, enigmas e ­“contradições” da ­Bíblia. Norman Geisler & Thomas Howe. Mundo Cristão